La Xilografía

La xilografía es maravillosa, devastar la madera con las gubias, suave, fuerte, desde el codo y la muñeca, o desde el cuerpo completo. Cuando decidí hacer las xilografías en gran formato fue porque quería que el movimieno de todo mi cuerpo estuviese sobre el gesto de la huella. Nunca estos grabados han sido editados.



Todo esto es grabado en negro sobre blanco, ya que cuando fulgurantemente he tenido episodios de color, así mismo se diluyen.


Desde la generalidad de los procedimientos usados en la creación de la obra de arte, el papel de la disciplina o los procedimientos usados en su creación juega un rol de gran importancia. Esto debido la gran diferencia de posibilidades que podría aportar a la imagen y en general a la obra de arte el uso de una u otra disciplina determinada.



Reconocemos -como se menciona al comienzo de este texto- que existen en la historia del arte variadas disciplinas y procedimientos a través de los cuales se ha creado obras, el dibujo a grafito o carbón, el grabado, la pintura al óleo, la acuarela; la cera perdida, cerámica, escultura en madera, con materiales de deshechos, de objetos encontrados; la fotografía, el vídeo, la animación digital, la imagen digital, etc.



Cada disciplina posee materialidad y gestualidad propias, y estas actúan de manera adyacente, como aporte a la obra.



Según ese punto es posible aceptar la idea de que en términos disciplinarios una obra adquiere la cualidad de ser preconcebida, es decir que desde el momento de la proposición de un trabajo mediante determinados medios, la obra, desde antes de su finalización ya ha adquirido significancias o cierto grado de sentido adherido a la técnica en cuestión.



El caso del grabado en madera no es diferente a ello. Entre sus cualidades podemos destacar que la xilografía conlleva una cuota de socialismo. El hecho de que a partir de una matriz, una imagen adquiere la virtud de poder ser reproducida incontables cantidades de veces, derivando en la obtención de muchas copias de la misma imagen, le otorga cierta importancia al momento de la difusión, ya que posee la característica de ser observada por multitudes independientes, cumpliendo así con una labor social. Además elimina la supremacía de la obra única y con ello la idolatría del arte apreciado como un objeto de arte ‘único e irrepetible’.



Cabe dentro de la señalización anterior la idea social que lleva el trabajo mismo del grabado, y en particular de la xilografía, me refiero a una situación que puede suceder también en otra disciplina, pero que en el trabajo del xilógrafo se acentúa.



Nos referimos al trabajo del xilógrafo como ‘social’, ya que -apartando un mundo ‘privilegiado’- el trabajo de un xilógrafo requiere de herramientas y utensilios bastante especiales, como lo es de manera principal la utilización de una prensa. En este caso la prensa reúne a un grupo de xilógrafos que de ella requieren el proceso de impresión, por lo que generalmente se arriba a la idea de taller, –un grupo de personas que ocupan los materiales o instrumentos que el taller les proporciona-, un espacio común.



Al hablar de espacio común ya se abren bastantes ideas que lo encierran, conlleva naturalmente el cuidado, la limpieza, etc. de ese espacio común, esas labores son actividades compartidas (ya sea de manera grupal o individual todos los que ocupan el taller deben abocarse a ellas).



Por otro lado se encuentra la observación de trabajos, ya sea copias de prueba o definitivas de otras personas que trabajan en el taller, se deducen a través de la observación de ellas, las soluciones que dieron a ciertos problemas –se muestra la técnica-, la preocupación composicional, etc. De ello se genera un aprendizaje implícito. Así también sucede en la observación de los procedimientos de entintado e impresión. Muy a modo de los aprendizajes de los primates.



Junto a ello, muchas veces se vuelve un tanto dificultoso para el xilógrafo el proceso de impresión, particularmente cuando se trata de imprimir ‘tacos’ de gran superficie, por lo que si existe la posibilidad de que algún ocupante del taller preste la ayuda necesaria en esa tarea será considerada de gran aporte. Es más, no es poco común que grabadores se desliguen del proceso de impresión y dejen a cargo sus matrices a personas dispuestas a hacerlo por ellos.



Por lo tanto el trabajo xilográfico requiere y se enriquece a través del trabajo social.



Al margen de los aspectos de procedimiento y técnicos, la xilografía posee toda una historia que no es posible despreciar al momento de indagar hacia un análisis. La historia y el desarrollo de una disciplina nos puede llevar a caminos muy acertados en el momento de analizar una imagen.



Podemos afirmar que alrededor de seis mil años que es practicada, y se manifiesta en su historia una gran evolución. Los registros antiguos más comunes de imágenes xilográficas se ubican hacia el siglo XIV y XV, en las que se observan casi en su totalidad temas religiosos, esto debido a que la xilografía fue utilizada para expandir las ideas religiosas de acuerdo a su característica de infinita reproducción. Las formas de abarcar la xilografía en ese entonces fue bastante rígida, siendo un trabajo realizado por artesanos y maestros grabadores estaba dirigida hacia la reproducción de dibujos, apartando de si toda aquella riqueza expresiva que le es propia en cuanto a disciplina. Por otro lado, y una de las características que distinguen la xilografía de aquella época es que las soluciones están dadas de manera lineal, es decir la línea es lo fundamental, así como un dibujo a pluma.



Por otro lado la xilografía fue despreciada por la aristocracia al ser considerada una forma barata de sustituir los códices que se difundían en la época, además por tratarse de una técnica mecánica. Es cierto que en un principio se quiso sustituir la miniatura por el grabado en madera, pero siempre que a través del uso de ese se obtuvieran los mismos resultados de imagen que con la miniatura, y con la cualidad de poder producir más y a menor costo. En este trabajo no había cabida para la preocupación expresiva o creativa del grabador, se reducía su labor a la de la artesanía por lo cual no hubo explosiones de renovación en esta área.



Alrededor del siglo XIV se ampliarían los horizontes científicos, artísticos y culturales hacia una minoría; por otro lado se encontraba la “clase media” que seguía los adelantos a cierta distancia y de manera conservadora. Hacia estos los grabadores dirigirían su trabajo, ya que de ese grupo provenían y seguirían perteneciendo. De esa manera el trabajo de los grabadores se volvió a las masas y se produjo un estancamiento del nivel estético seguidamente bajo el rechazo de los entendidos del arte, a los cuales sus miradas se veían intervenidas por nuevos aires artísticos provenientes de los Paises Bajos y de Italia mientras que para el pueblo quedaban los legados comunes de la arquitectura, las pinturas murales o las vidrieras, de las cuales obtenían las bases de sus identificadas creaciones lineales (a partir de los plomos que encierran las figuras de vidrios) creadas en a partir de canones formales propios del siglo XIII(1).



El grabado en madera no correspondía a condiciones de creación y singularidad, es más fue cada vez mayor su papel como procedimiento de reproducción, se alejaba más de las aspiraciones artísticas de la época enfocadas en la obtención de mayores gradaciones tonales a través de la delicada técnica del pincel.



En el siglo XV la importancia de la xilografía –ejemplificada en el libro xilográfico ilustrado Ars Memorandi- parece haber radicado en la simplicidad de los símbolos y en el no pretender el goce estético de la imagen. Este libro se aboca a la enseñanza de los Evangelios dirigido a los seguidores de ellos, a sus conocimientos religiosos y a sus propias vivencias y reflexiones grabadas en su memoria. Por eso las imágenes están trabajadas con signos y símbolos impresionantes y fáciles de retener y dirigidos al fin de educar y convencer, similarmente como ocurrió en el arte medieval, los frescos y mosaicos bizantinos, los relieves y estatuas egipcias, y las creaciones del arte precolombino; artes dotadas de un rico lenguaje de signos-imágenes.



El despertar de una nueva era trajo consigo un intelectualismo que sustituyó el lenguaje artístico, hablamos del Renacimiento y el Humanismo, conductores de una visión analítico-científica de las cosas. El artista lo interpretó por medio de alegorías sobre hechos apegados a la naturaleza. Tuvo lugar entonces un sacrificio de la expresión a favor de un lenguaje volcado a la representación descriptiva que iría en contra de las técnicas xilográficas conocidas hasta entonces. Se contrapone entonces el lenguaje simbólico y de asociaciones que propone la xilografía, a, la naturalidad aspirada en las representaciones realistas en que “la íntima veracidad se perdió en el momento de establecerse una norma humana, en cierto modo relacionada con la realidad y la verosimilitud”(2).



Desde el siglo XV, y, debido tal vez a la poca importancia artística asignada a la xilografía respecto a sus características y limitaciones, se abrió ella a una suerte de gracia estilística que era proporcionada por el grabado en cobre, buscando a través de su similitud la riqueza de degradaciones tonales de que la xilografía carecía. Entonces el xilógrafo se asustó de la pobreza y austeridad en sus representaciones lineales y se abrió a las posibilidades ornamentales que le otorgaban las texturas.



Pero en lugar de desarrollar las funciones expresivas que esta nueva visión les presentaba en base a la superficie y la línea, los xilógrafos se sujetaron a esta nueva óptica renunciando al valor expresivo de la línea, y adoptaron ahora el rayado como un recurso para lograr corporeidad plástica.



Esta desintegración de la superficie concluyente de las tímidas intervenciones lineales fueron tomando forma e importancia. Ya se advierte en “Buch der Weisheit der alten Meister” (Libro de la sabiduría de los viejos Maestros) que el rayado es un instrumento para resaltar contrastes sin sacrificar la disiplina de la superficie, con ello se presentan las formas con total claridad y nitidez.



Fue alrededor de 1498 que se comenzó a considerar la xilografía como un “gran arte”, momento en que Erhard Reuwich ilustró e imprimió los hechos de los viajes que poseía como bosquejos y que Breidenbach escribió; esto fue realizado a través de los trabajos de los maestros grabadores, a los que los viajantes recurrieron. De aquí que artistas dedicados a la pintura en caballete comienzan a considerar la xilografía como un procedimiento práctico y útil.



Los grabados de la “crónica mundial” -como se llamó el conjunto el libro de viajes de aquellos personajes-, difieren mucho entre sí en cuanto a estilo y valor. Considerando que muchas personas trabajaron en su elaboración es una hipótesis que hasta los mismos grabadores hayan intervenido en la realización de los dibujos con los que se conformaron. Sin embargo lo concreto es que para ello había una distribución del trabajo definida, y, consistía, en que un “pintor” hacía el dibujo y éste era tallado por el grabador. Pero esos pintores estaban tan involucrados al taller y con ello al trabajo de los grabadores, que la concepción de sus dibujos partía ya desde la técnica xilográfica.



En otros lugares de Europa el nacimiento de la xilografía fue más tardío y también diferente. En Italia se abocaba más a un propósito estético. Lippman escribe al respecto “Se podría decir que en Alemania surgió la necesidad de la imagen explicativa y de la pasión por ella; en Italia, en cambio, del gusto por el adorno plástico; que, por lo tanto acusaba aquí (en Alemania) una tendencia sobre todo didáctica, y allá (en Italia), un carácter esencialmente decorativo”(3).



El hombre del siglo XVII, ya más especializado en el área que le compete dio cabida al artista como artista, alejado ya de las preocupaciones dadas a la teología se encaminó más en el ‘cómo’ que en el ‘qué’ dando así la posibilidad de lucir sus habilidades y averiguar las posibilidades que le ofrece su arte. Surge entonces el nombre de Durero, que a pesar de no dejar de lado la religiosidad se ocupa mayormente al encanto estético, dejando notar cierta indiferencia hacia el tema con el propósito de crear algo propio y original.



El hombre de esa época ya era otro, uno que descubrió la realidad, el espacio ya era diferente, se abrieron al descubrimiento de nuevas tierras en que el centro ya no era el Mediterráneo, la tierra en sí ya no se sabía plana sino esférica, y por lo demás ya no ocupaba el centro del universo.



Esa nueva visión del mundo, enfocada hacia la investigación y el descubrimiento influye en la creación artística y contribuye además a consolidarla. Sin embargo, la creación artística procura naturalidad y se hunde entre medida y compás, anatomía y observación, método e intelecto; en contra de la vivencia interna. El arte europeo se dirigió a la realidad de la mano con la visión individual.



Cayó en la xilografía el sacrificio de la fuerza expresiva de su técnica.



Se recurre a la xilografía por su capacidad de divulgación, en ellas representaban todo tipo de sucesos, desde accidentes hasta raros animales expuestas en las ferias o las enseñanzas morales. Fue a servicio también de luchas políticas y religiosas. Y por lo demás no correspondía a intenciones artísticas.



En el siglo XVII el grabado en madera quedó casi totalmente eliminado del ámbito de los valores estéticos, la xilografía se usó para la ilustración de libros, publicaciones varias, calendarios, anuncios, etc.



Luego de un largo tiempo de ausencia ‘renace’ la xilografía mediante el procedimiento de la madera de pie (cortada en sentido transversal); en ella surge como herramienta base el buril, usado en el grabado en metal; tiene la característica de ser sensible, es decir que con el mínimo choque sobre la superficie dejaba una huella, siendo esta de características puntiadas.



Esta técnica llegó a la riqueza del claroscuro tan apreciado en el arte romántico, que en Francia tubo gran acogida –con Doré en sus ediciones de lujo-, pero que en Alemania los grabadores rechazaron continuando con el grabado lineal y sin tonalidades, de acuerdo a la estética clasisista-nazareniana.



Lo que realmente favorecía la distinción y apreciación del grabado de hilo consistía en la facilidad de reproducir fielmente y sin rigidez las pinturas o dibujos originales, modelos, de manera que presentaba elasticidad y flexibilidad. Se propagó así su uso a través de la impresión a vapor, que consiguió reducir los costos en la elaboración de libros, que hasta ese momento era reservado para elites, se propaga a la burguesía en forma también de revistas, más livianas y fáciles de transportar.








(1) Worringer en la introducción de su libro “Historia de la ilustración del libro en la antigua Alemania” distingue diferenciaciones de códices de los siglos XIV y XV. Estas radican en dos estilos diferentes: uno, es la producción de lujo, que sacrifica la técnica del dibujo a pluma por la pintura de pincel de carácter ilusionista; otro, a la producción en serie basada en el primitivo dibujo de contorno del siglo XIII.

(2) Westheim, 1921. Pág. 81.

(3) Ibidem.